El 65% de los españoles reconoce que no es capaz de hablar un idioma extranjero ¿Qué es lo que falla?
La respuesta es muy sencilla: el método utilizado hasta ahora en el sistema de aprendizaje de idiomas.
La forma de aprender un idioma es,
escuchar y hablar después. Finalmente, podrás aprender a leer y a escribir.
Escuchar y hablar, una vez se
entiende el discurso, forman parte de la manera natural en que todos aprendimos
nuestra lengua materna de niños.
Leer y escribir son dos destrezas que
tuvimos que aprender. En otro idioma ocurrirá lo mismo. Por lo tanto no son
adquiridas naturalmente, como las dos primeras.
Cuando estudias cualquier idioma, debemos
dedicar el mayor número de horas posibles a exponernos al idioma que queremos
aprender.
Escuchar, es una parte fundamental para que después podamos
desenvolvernos en el idioma.
Muchos estudiantes aprenden vocabulario
e intentan poner palabras juntas y formar frases. Las frases que forman están
siempre basadas en la gramática y giros de su propio idioma, por tanto son,
prácticamente siempre, erróneas. Esto se debe evitar totalmente.
No traduzcas jamás las palabras
sueltas desde tu lengua materna para formar frases en otros idiomas. El orden
de las palabras probablemente será totalmente diferente y aprenderás de forma
lenta e incorrecta. En lugar de eso, aprende frases. Mediante estas frases irás
construyendo un discurso cada vez más complejo y hablarás el idioma sin
necesidad de pensarlo, es decir, de una forma automática.
Aprender listas de vocabulario no te conducirá a nada, como tampoco lo hará hablar pensando en las normas gramaticales. El intentar
expresarse en otro idioma de esta forma será algo frustrante, ya que nuestra manera
de hablar será trabajosa y lenta. No hay tiempo para pensar y hablar, debe
salir de una forma natural. Intentar hablar así, lleva a que muchas personas se
rindan muy pronto y no terminen de aprender un idioma nunca.
La imitación es una manera natural, y
una de las mejores soluciones, de alcanzar fluidez en el idioma.
En resumen, escucha el máximo tiempo
posible el idioma que quieres aprender, aunque no prestes mucha atención o no
entiendas al principio.
Cada vez que encuentres una nueva palabra, procura
fijarte en qué contexto se produce. La mayoría de las veces no es necesario
recurrir a un traductor para entender vocabulario nuevo. Si hay palabras que no
entiendes, espera a escucharlas en diferentes contextos o en distintas frases antes
de recurrir a algún diccionario. Esto hará que, al aprenderlas por deducción,
se queden más en tu memoria que si te las dicen o las buscamos en alguna parte.
Y por último, cuando ya entiendas
bastante, practica en alto frases completas. Ya que muchas veces, lo que nos
parece que vamos a pronunciar y lo que realmente sale de nuestra boca, se
parece poco.
La práctica y la constancia son la clave para aprender un idioma.
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